viernes, 20 de agosto de 2010

¿Qué hemos aprendido de esta crisis?

En una interesante entrevista realizada en mayo pasado por Bloomberg a Nassim Nicholas Taleb, éste se mostraba contundente a la pregunta ¿qué hemos aprendido de esta crisis?:

“Absolutamente nada”

Haciendo énfasis que el verdadero problema de la economía y finanzas mundiales es la DEUDA, que los gobiernos no quieren darse cuenta y siguen aplicando políticas que sólo agravan la situación y posponen la solución.



Sus recomendaciones a los inversores es alejarse de los bonos USA a largo plazo, las divisas € , $ con males similares y del mercado de renta variable, que sólo debería ser tomado como un pasatiempo. Los activos refugio que él aconseja, ante la inflación que prevé, son los metales (cesta diversificada) y los terrenos agrícolas.





Las palabras de Nassim Nicholas Taleb no deberían pasar desapercibidas a nadie a tenor que en su currículum consta la predicción de la crisis financiera como autor del libro “Black Swan: The Impact of the Highly Improbable”, publicado en 2007 (“El Cisne Negro: el impacto de lo altamente improbable”; Ed. Paidós). En esta obra Taleb desarrolló la teoría del Cisne Negro (Black Swan) para explicar el papel del enorme impacto, difícil de prever de hechos excepcionales que van más allá de las expectativas normales en la historia, ciencia, finanzas y tecnología.

La idea no es intentar prever estos hechos excepcionales, sino construir sistemas lo suficientemente robustos ante los que fueran negativos y ser capaces de aprovechar los positivos. Bancos y firmas de inversión son muy vulnerables a los eventos “Cisne Negro” y están expuestos a pérdidas muy superiores a las previstas en sus modelos defectuosos.

Taleb propone una receta con 10 principios para construir sistemas robustos a hechos “Cisne Negro” negativos:

  1. Lo frágil debe caer pronto mientras sea pequeño. Nada debe convertirse en “Demasiado grande para caer”.
  2. No socializar pérdidas y privatizar beneficios.
  3. Quien conduzca un autobús escolar a ciegas (y lo estrelle) jamás debe llevar de nuevo un autobús.
  4. No permitir bonos incentivo a quien maneje una central nuclear o los riesgos financieros de terceros.
  5. Equilibrar complejidad y simplicidad.
  6. No dar cargas de dinamita a los niños, aún cuando haya un aviso de peligro.
  7. Sólo los “esquemas Ponzi” o piramidales se basan en la confianza. Los gobiernos nunca deberían “restablecer la confianza”.
  8. No dar más drogas a un adicto si tiene síndrome de abstinencia.
  9. Los ciudadanos no deberían depender de activos o expertos financieros para tener garantizadas sus pensiones.
  10. Hacer una tortilla con los huevos rotos.

Dos años después de estar sumergidos en esta crisis no da la sensación que hayamos avanzado mucho para resolverla y la situación de precariedad e incertidumbre sobre el futuro persisten. Los políticos se resisten a abandonar sus poltronas y sus recetas milagrosas sólo agravan la situación.

Como colofón invito al lector, ahora que las vacaciones tocan a su fin, a una propia reflexión de las sabias palabras de Albert Einstein sobre la crisis:


"  No pretendamos que las cosas cambien, si siempre hacemos lo mismo. La crisis es la mejor bendición que puede sucederle a personas y países, porque la crisis trae progresos. La creatividad nace de la angustia como el día nace de la noche oscura. Es en la crisis que nace la inventiva, los descubrimientos y las grandes estrategias. Quien supera la crisis se supera a sí mismo sin quedar "superado".


Quien atribuye a la crisis sus fracasos y penurias violenta su propio talento y respeta más a los problemas que a las soluciones. La verdadera crisis es la crisis de la incompetencia. El inconveniente de las personas y los países es la pereza para encontrar las salidas y soluciones. Sin crisis no hay desafíos, sin desafíos la vida es una rutina, una lenta agonía. Sin crisis no hay méritos. Es en la crisis donde aflora lo mejor de cada uno, porque sin crisis todo viento es caricia. Hablar de crisis es promoverla, y callar en la crisis es exaltar el conformismo. En vez de esto, trabajemos duro. Acabemos de una vez con la única crisis amenazadora, que es la tragedia de no querer luchar por superarla ".

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¡Salud y €!

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