Recuerdo en mis primeros pasos en el mundo de los mercados financieros como me fascinó el Análisis Técnico con las posibilidades que suponía la predicción del movimiento del precio de las acciones.
De entrada parecía arte de magia, que la representación gráfica de unos precios y volúmenes de negociación y con la ayuda de la identificación de patrones permitiera analizar cualquier mercado de cualquier sector en cualquier escala de temporal.